07 de octubre, 2016

15 de agosto del 2007: el terremoto que develó la falta de prevención en el Perú

Al recordarse los siete años del terremoto de 7,9 grados que afectó las localidades de Ica y Pisco el año 2007, OXFAM y PREDES llaman a la reflexión en torno a las lecciones aprendidas a raíz de este suceso, con miras a trabajar conjuntamente en una cultura de gestión del riesgo de desastres en nuestro […]

Al recordarse los siete años del terremoto de 7,9 grados que afectó las localidades de Ica y Pisco el año 2007, OXFAM y PREDES llaman a la reflexión en torno a las lecciones aprendidas a raíz de este suceso, con miras a trabajar conjuntamente en una cultura de gestión del riesgo de desastres en nuestro país.


Lima, 15 de Agosto de 2014.- Un día como hoy hace ya siete años, a las 18:40:57 (hora local), el Perú sufrió uno de los sismos más perjudiciales de los últimos años, con una duración cerca de 210 segundos y epicentro localizado en la costa central del Perú, a 40 kilómetros al oeste de Chincha Alta y a 150 km al suroeste de Lima, y su hipocentro se ubicó a 39 kilómetros de profundidad, Fue sin duda uno de los sismos más violentos y poderosos en cuanto a intensidad y a duración.

El siniestro, que tuvo una magnitud de 7,9 grados magnitud momento y VIII de intensidad en la escala modificada de Mercalli, dejó 595 muertos, 1.800 de heridos, 76.000 viviendas totalmente destruidas e inhabitables y cientos de miles de damnificados. Las zonas más afectadas fueron las provincias de Ica, Pisco y Chincha en el departamento de Ica y la provincia de Cañete en el departamento de Lima.

Luego del impacto ocurrido por el sismo, se presentaron una serie de problemas a la salud, producto de la insuficiente atención de necesidades básicas de techo, seguridad alimentaria, nutrición, agua, saneamiento e higiene, entre otras.

¿Qué no se hizo? o ¿qué se hizo mal después del terremoto?, debe ser la pregunta que tendríamos que hacernos y que debemos plantear a las actuales autoridades, a los futuros gobernantes y toda la población en general. La preparación es fundamental para reducir los daños a la salud ante la ocurrencia de un desastre, y es un proceso que implica: tener una buena organización, contar con planes operativos de emergencias, desarrollar capacidades, participar en ejercicios de simulación y simulacros, son acciones que permitirán actuar de forma adecuada, eficiente y eficaz ante un terremoto.

La preparación ante desastres no solo consiste en evacuar de forma oportuna, también consiste en desarrollar capacidades para poder enfrentar los efectos adversos que se presentan después de un desastre, organizarnos, capacitarnos, sensibilizarnos y cambiar algunos hábitos que pueden ser nocivos para nuestra salud, como el consumo de agua sin tratamiento, y la falta de saneamiento e higiene personal, son responsabilidades que debemos de asumir, desde las autoridades hasta cada uno de nosotros.

Tengamos en cuenta, que aún se espera el "gran terremoto", que no sabemos cuándo se dará (día y hora) y para el cual tendremos que estar preparados para enfrentarlo de manera organizada y oportuna, para así no lamentar daños y pérdidas de vidas humanas como lo ocurrido el 15 de agosto del 2007.

Prensa – PREDES

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